Por Francisco Morales
Para Tabasco Hoy Radio

La vida de Ana Karen Osorio Morales, una joven tabasqueña, se ha visto gravemente afectada luego de una mala extracción de un diente realizada en un consultorio de Farmacias similares, ubicado en la Avenida Francisco I. Madero, en la colonia Centro de Villahermosa, el pasado 24 de febrero de 2025. La joven, víctima de lo que su madre califica como una grave negligencia médica, enfrenta ahora complicaciones serias que amenazan su salud y bienestar.

La extracción que desencadenó el calvario

Según el testimonio de la madre de Ana Karen, la señora Sara del Rocío Morales Pérez, lo que comenzó como un procedimiento común de extracción dental terminó siendo un doloroso y riesgoso episodio para su hija. Durante la extracción, el médico que atendió a Ana Karen no solo rompió el diente en pedazos, sino que además, no pudo controlar el sangrado, lo que llevó a que solicitara la ayuda de una doctora externa para manejar la situación. A pesar de ello, las complicaciones no terminaron allí.
Los dolores intensos comenzaron inmediatamente después del procedimiento. A pesar de la insistencia de la madre para que se realizara una radiografía para observar la zona afectada, los médicos del consultorio se negaron a hacerla. Este rechazo provocó que la joven, siguiendo con su calvario de dolores insoportables, buscara la atención de un especialista maxilofacial, quien finalmente reveló la magnitud del daño.

Diagnóstico alarmante: daño severo al paladar

El diagnóstico del especialista maxilofacial fue devastador: “Le destrozaron el paladar y dejaron expuesto el hueso de la raíz”, comentó la señora Morales Pérez, visiblemente afectada por la situación. La joven Ana Karen, además de sufrir dolores insoportables, ha desarrollado complicaciones en su habla, ya que arrastra la lengua debido al daño sufrido. También enfrenta serios riesgos de complicaciones mayores, incluyendo problemas nerviosos e incluso oftalmológicos, ya que el daño es tan severo que afecta áreas cercanas a los ojos y los nervios faciales.
La joven fue sometida a una cirugía reconstructiva de paladar, pero se requiere de más intervenciones quirúrgicas para poder reparar completamente los daños. Sin embargo, lo más preocupante para la familia es la falta de responsabilidad por parte del médico que causó este daño. La señora Morales Pérez relató que, aunque el médico asumió los gastos de la primera cirugía, ha dejado de responder a sus solicitudes de ayuda, mostrándose ausente y sin dar la cara ante la situación que él mismo provocó.

Un calvario de dolor y desesperación

“Mi hija ya está con su paladar mal, arrastra la lengua y es mucho el dolor”, relató entre lágrimas la madre de Ana Karen. “Imagínese mis sentimientos como madre. Se le bajó la presión y tuvieron que volverla a reanimar. ¿De qué sirven los títulos ahí colgados? No se vale”, expresó con profunda frustración.

Por su parte, Ana Karen, visiblemente afectada por lo que ha vivido, compartió su experiencia: “Me destrozaron la mitad de mi paladar, me perforaron el ducto de las vías nasales, no puedo respirar del lado izquierdo, no puedo ni dormir por el dolor”. La joven, que antes de este procedimiento llevaba una vida común, ahora enfrenta una existencia marcada por el sufrimiento constante y la incapacidad para realizar actividades cotidianas, como dormir o comer de manera normal.

En busca de justicia

Ante esta situación, la familia de Ana Karen ha pedido públicamente que las autoridades tomen cartas en el asunto, ya que el médico responsable de la negligencia no ha mostrado interés en cubrir los gastos derivados de las múltiples cirugías y tratamientos que su hija sigue necesitando. La afectada es madre de cuatro hijos y hace un llamado a la justicia, buscando que el médico responsable asuma las consecuencias de sus actos y que su hija reciba la atención adecuada para poder recuperar su salud.

El caso de Ana Karen no solo resalta una posible negligencia médica, sino también la necesidad de una mayor regulación en los servicios de salud privados y la importancia de que los profesionales que realizan procedimientos invasivos, como las extracciones dentales, estén plenamente certificados y capacitados. La familia Osorio Morales espera que este caso no quede en la impunidad y que, a través de la denuncia y el apoyo de las autoridades, se logre que el responsable asuma su responsabilidad y se le haga justicia a la joven Ana Karen.
Mientras tanto, Ana Karen continúa con su lucha por recuperar la normalidad en su vida, enfrentando una dolorosa batalla que, según ella misma lo expresa, es más difícil que nunca antes.