Por Yessica Juarez
Para Tabasco Hoy Radio
El anuncio del proyecto del Museo Nacional Olmeca por parte de las autoridades estatales ha recibido múltiples comentarios en redes sociales, los cuales en su mayoría son de rechazo.
Aunque las autoridades a través de la Oficina de Gubernatura, de la Secretaría de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas (SOTOP), y otros entes locales han querido explicar que esta obra no perjudicará al conocido parque Tomás Garrido Canabal, la ciudadanía tabasqueña se resiste a aceptar explicaciones.
El ciudadano José Miguel Ocampo Zapata en un momento de nostalgia e inspiración decidió redactar los siguientes versos dedicados a este emblemático parque:
“Donde el Silencio Tenía Forma”
Al Parque Tomás Garrido y al legado de Carlos Pellicer Cámara
Van a construir un museo, dicen,
uno nuevo, nacional, majestuoso,
y lo harán sobre La Venta,
sobre piedra sagrada,
sobre raíces y sombra,
sobre recuerdos que no caben en vitrina.
Dicen que es avance, que es cultura,
que es futuro…
pero yo me pregunto:
¿a qué costo?
Porque no es sólo tierra lo que alteran,
ni senderos ni árboles ni rocas talladas.
Es un rincón del alma colectiva,
es el latido oculto de Villahermosa,
es donde aprendimos a nombrar el mundo
con la voz del jaguar y el murmullo del agua.
Para muchos, no fue solo un parque:
fue la primera cita,
fue la última despedida,
fue un domingo eterno en familia,
una excursión con risas escolares,
una tarde con amigos donde el tiempo no corría.
Era el lugar seguro
cuando todo allá afuera dolía.
Y fue un regalo.
No del gobierno.
No del cemento.
Sino de un hombre ilustre,
de un poeta: Carlos Pellicer Cámara,
que soñó con versos vivos
escritos en hectáreas de flora y fauna,
que nos dejó un poema sin páginas
donde uno podía leer el universo.
Hoy, con planos y renders brillantes,
nos arrebatan no la historia oficial,
sino la historia nuestra, íntima,
la que se vive en silencio, sin nombre,
la que se lleva en el pecho.
¿Será esto progreso
o una herida disfrazada de futuro?
¿Puede un museo hablar de lo Olmeca
mientras sepulta el alma de lo que fue?
No lo sé.
Pero mientras miro cómo borran los pasos,
guardo dentro de mí
el eco de aquel parque que me nombró,
que nos nombró a todos.
Y me queda claro:
hay lugares que no se construyen,
se heredan.
Y hay silencios
que jamás deberían ser demolidos.
Jose Miguel Ocampo Zapata